Nuestra Señora del Rosario de Fátima

Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Oren mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Son muchas almas que van al infierno porque no hay quien rece por ellas.

 

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Reza con nosotros diariamente el Santo Rosario Católico de 15 misterios.

Te salvarás tú y salvarás las almas de muchos.

 

Esta Catequesis Católica Tradicional del Magisterio de la Iglesia, enseña la sana Doctrina de Jesucristo, verdadero Hombre y verdadero Dios, y se opone a todas las falsas enseñanzas diabólicas vaciadas de Jesucristo, que no han sido reveladas por Dios, como la falsa enseñanza de los seguidores del inválido Concilio Vaticano II, que incluso adoptan falsamente el nombre de Católicos, sin serlo.

San Mateo 28:18 Y Jesús se acercó y les habló diciendo: Todo poder me ha sido dado en el cielo y sobre la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todos los pueblos bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo; enseñándoles a conservar todo cuanto os he mandado. Y mirad que Yo con vosotros estoy todos los días, hasta la consumación del mundo.

Esta debe ser la fe de los que se llamen a si mismos Católicos. A los que veáis que no están conformes con bautizar y enseñar a todos los pueblos, para conseguir de Dios su Salvación, no les consideréis Católicos, porque no lo son, son protestantes de la Sagrada Palabra de Dios. Estos son de corazón pagano, se oponen al Espíritu Santo de Dios, se han autoexcluido del Cuerpo de la Iglesia, están excomulgados, y han renunciado a su propia Salvación, que pasa por conseguir la Salvación de los demás. Fuera de la Iglesia no hay Salvación.

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Ofensas contra el Inmaculado Corazón de María

 

 

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Blasfemias contra su Inmaculada Concepción.

 

Blasfemias contra su Perpetua Virginidad.

 

Blasfemias contra su Maternidad Divina, rehusando al mismo tiempo recibirla como Madre de los hombres.

 

Blasfemias contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y  hasta el odio hacia la Santísima Madre Inmaculada.

 

Blasfemias contra los que la ultrajan directamente en sus Sagradas Imágenes.

 

Después de haber estado Lucía en oración, Nuestro Señor Jesucristo le reveló la razón de los 5 sábados de reparación:

“Hija mía, la razón es sencilla, se trata de 5 clases de ofensas y blasfemias proferidas contra el Inmaculado Corazón de María».

 

 

 

 

 

 

 

Nuestra Señora del Rosario de Fátima

Más almas van al infierno por los pecados de la carne, que por ningún otro pecado.

 

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Santo Rosario Católico diario de 15 misterios:

 

 

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SEÑAL DE LA CRUZ

Por la señal de la Santa Cruz, de nuestros enemigos, líbranos Señor Dios Nuestro. En el nombre del Padre, del Hijos y del Espíritu Santo. Amén.

 

ACTO DE CONFESIÓN DE LOS PECADOS

Yo, pecador me confieso a Dios todopoderoso,

a la bienaventurada siempre Virgen María,

al bienaventurado siempre San José,

al bienaventurado siempre San Miguel Arcángel,

a todos los santos, y a vosotros, hermanos,

que pequé gravemente de pensamiento, palabra, obra y omisión;

por mi culpa, por mi culpa, por mi gravísima culpa.

Por eso, ruego a Santa María siempre Virgen,

al bienaventurado siempre San José,

al bienaventurado siempre San Miguel Arcángel,

a todos los santos, y a vosotros, hermanos,

que roguéis por mí a Dios nuestro Señor. Amén.

El Señor todopoderoso y misericordioso nos conceda la absolución y el perdón de nuestros pecados.

 

PETICIÓN

Señor, abre mis labios:
Y mi boca proclamará tu alabanza.

Dios mío, ven en mi auxilio.
Señor, apresúrate en socorrerme.

Gloria al Padre y al Hijo y al Espíritu Santo,

Como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos. Amén.

 

OFRECIMIENTO

Dios, Padre Misericordioso, dirigid y aceptad todos nuestros pensamientos, palabras y obras.

Y Vos, Virgen Santísima del Rosario de Fátima, alcanzadnos la Gracia para rezar con devoción esta parte del Santo Rosario, que os ofrecemos a mayor gloria vuestra, por el bien de la Religión Católica en todo el mundo y por todas nuestras necesidades espirituales y temporales, con intención de ganar las indulgencias concedidas.

Sirva también este Santo Rosario para desagraviar María a vuestro Santísimo Corazón y al Santísimo Corazón del Señor, y consolaros de los sacrilegios, ultrajes e indiferencias que recibís de los ingratos, y por las 5 ofensas y blasfemias que sufrís: contra vuestro Inmaculado Corazón, contra vuestra Perpetua Virginidad, contra vuestra Maternidad Divina, contra los que procuran públicamente infundir en los corazones de los niños la indiferencia, el desprecio y el odio hacia vos, y contra los que ultrajan vuestras Sagradas Imágenes.

Virgen Santísima del Rosario de Fátima, vos dijisteis: ‘’Visteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Oren mucho y hagan sacrificios por los pecadores. Son muchas almas que van al infierno porque no hay quien rece por ellas’’. Virgen Santísima del Rosario de Fátima deseamos que rezando este Santo Rosario, se salven muchas almas y tengan paz, en especial, las que sean de vuestro mayor agrado.

 

MISTERIOS GOZOSOS

1.- La encarnación del Hijo de Dios.

A los seis meses envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una joven virgen, prometida de un hombre descendiente de David, llamado José. La virgen se llamaba María. Entró donde ella estaba, y le dijo: “Alégrate, llena de gracia; el Señor está contigo”. Ante estas palabras, María se turbó y se preguntaba qué significaría tal saludo. El ángel le dijo: “No tengas miedo, María, porque has encontrado gracia ante Dios. Concebirás y darás a luz un hijo, al que pondrás por nombre Jesús. Será grande y se le llamará Hijo del Altísimo; el Señor le dará el trono de David, su padre; reinará sobre la casa de Jacob para siempre y su reino no tendrá fin”. María dijo al ángel: “¿Cómo será esto, pues no tengo relaciones?” El ángel le contestó: “El Espíritu Santo vendrá sobre ti y el poder del Altísimo te cubrirá con su sombra; por eso el niño que nazca será santo y se le llamará Hijo de Dios. Mira, tu parienta Isabel ha concebido también un hijo en su ancianidad, y la que se llamaba estéril está ya de seis meses, porque no hay nada imposible para Dios”. María dijo: “Aquí está la esclava del Señor; hágase en mí según tu palabra”. Y el ángel la dejó.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Al principio Dios creó el cielo y la tierra. Dios dijo: Hagamos al hombre a nuestra imagen, según nuestra semejanza; y que le estén sometidos los peces del mar y las aves del cielo, el ganado, las fieras de la tierra, y todos los animales que se arrastran por el suelo. Y Dios creó al hombre a su imagen; lo creó a imagen de Dios, los creó varón y mujer’’. ‘’El hombre exclamó: ¡Esta sí que es hueso de mis huesos y carne de mi carne! Se llamará Mujer, porque ha sido sacada del hombre. Por eso el hombre deja a su padre y a su madre y se une a su mujer, y los dos llegan a ser una sola carne’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

2.- La visitación de Nuestra Señora a Santa Isabel.

Unos días después María se dirigió presurosa a la montaña, a una ciudad de Judá. Entró en casa de Zacarías y saludó a Isabel. Cuando Isabel oyó el saludo de María, el niño saltó en su seno e Isabel quedó llena del Espíritu Santo. Y dijo alzando la voz: “¡Bendita tú entre las mujeres y bendito el fruto de tu vientre! ¿Y cómo es que la madre de mi Señor viene a mí? Tan pronto como tu saludo sonó en mis oídos, el niño saltó de alegría en mi seno. ¡Dichosa tú que has creído que se cumplirán las cosas que te ha dicho el Señor!”

Dijo María: Mi alma magnifica al Señor y exulta de júbilo mi espíritu en Dios, mi Salvador, porque ha mirado la humildad de su sierva; por eso todas las generaciones me llamarán bienaventurada, porque ha hecho en mí maravillas el Todopoderoso, cuyo nombre es santo. Su misericordia se derrama de generación en generación sobre los que le temen.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Porque no existe bajo el cielo otro Nombre, el de Jesucristo, dado a los hombres, por el cual podamos alcanzar la Salvación’’. ‘’El que cree en Jesucristo, no es condenado; el que no cree, ya está condenado, porque no ha creído en el nombre del Hijo único de Dios’’. ‘’Dios nos dió la Vida eterna, y esa Vida está en su Hijo. El que está unido al Hijo, tiene la Vida; el que no lo está, no tiene la Vida. Permanezcan fieles a lo que oyeron desde el principio, de esa manera, permanecerán también en el Hijo y en el Padre’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

3.- El nacimiento del Hijo de Dios.

Por aquellos días salió un decreto de César Augusto para que se empadronara todo el mundo. Éste es el primer censo que se hizo siendo Cirino gobernador de Siria. Todos iban a empadronarse, cada uno a su ciudad. También José, por ser descendiente de David, fue desde la ciudad de Nazaret de Galilea a Judea, a la ciudad de David, que se llama Belén, para empadronarse con María, su mujer, que estaba encinta. Mientras estaban allí se cumplió el tiempo del parto, y dio a luz a su hijo primogénito; lo envolvió en pañales y lo reclinó en un pesebre, porque no encontraron sitio en la posada. Había en la misma comarca unos pastores, que dormían al raso y vigilaban por turno durante la noche su rebaño. Se les presentó el Ángel del Señor, y la gloria del Señor los envolvió en su luz; y se llenaron de temor. El ángel les dijo: «No temáis, pues os anuncio una gran alegría, que lo será para todo el pueblo: os ha nacido hoy, en la ciudad de David, un Salvador, que es el Cristo Señor; y esto os servirá de señal: encontraréis un niño envuelto en pañales y acostado en un pesebre».

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Guardad mis mandamientos’’. ‘’El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras’’. ‘’Por esto os dije que moriréis en vuestros pecados. Sí, si no creéis que Yo Soy, el Cristo, moriréis en vuestros pecados’’. ‘’Yo soy la puerta del reino de Dios: cualquiera que entre por esta puerta, se salvará; podrá salir y entrar, y siempre encontrará alimento’’. ‘’El Padre y yo somos una sola cosa’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

4.- La Presentación del Señor Jesús en el templo.

A los cuarenta días del nacimiento de Jesús, de la Virgen María, cuando se cumplieron los días de la purificación de ellos, según la Ley de Moisés, llevaron a Jesús a Jerusalén para presentarle al Señor, como está escrito en su Ley: Todo varón primogénito será consagrado al Señor, y para ofrecer en sacrificio un par de tórtolas o dos pichones, conforme a lo que se dice en la misma Ley para quienes, por su pobreza, no puedan pagar el precio de un cordero. Vivía entonces en Jerusalén un hombre llamado Simeón, que era justo y piadoso, y esperaba la consolación de Israel. El Espíritu Santo, que moraba en él, le había revelado que no conocería la muerte antes de haber visto al Mesías del Señor. Movido por el Espíritu, fue al templo; y en el momento de entrar los padres con el niño Jesús, para cumplir lo que la Ley prescribía sobre él, Simeón lo tomó en brazos y bendijo a Dios diciendo: «Ahora, Señor, según tu promesa, puedes dejar a tu siervo irse en paz. Porque mis ojos han visto a tu Salvador, a quien has presentado ante todos los pueblos: luz para alumbrar a las naciones y gloria de tu pueblo Israel».

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Pero si nosotros mismos o un Angel del cielo les anuncia un Evangelio distinto del que les hemos anunciado, ¡que sea expulsado! ‘’Si alguien viniera a predicarles otro Jesucristo, diferente del que nosotros hemos predicado, o si recibieran un Espíritu distinto del que han recibido, u otro Evangelio diverso del que han aceptado, ¡ciertamente lo tolerarían! Estos son falsos Apóstoles, que proceden engañosamente, haciéndose pasar por Apóstoles de Cristo. Su táctica no debe sorprendernos, porque el mismo Satanás se disfraza de Angel de luz’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

5.- La Pérdida del Niño Jesús y su hallazgo en el templo.

Sus padres iban todos los años a Jerusalén a la fiesta de la Pascua. Cuando Jesús cumplió los doce años, subieron todos a la fiesta, según la costumbre; al volverse, pasados aquellos días, el niño Jesús se quedó en Jerusalén, sin saberlo sus padres. Creyendo ellos que estaría en la caravana, hicieron un día de camino. Luego se pusieron a buscarlo entre los parientes y conocidos; pero al no encontrarlo, se volvieron a Jerusalén en su busca. Y sucedió que, al cabo de tres días, lo encontraron en el Templo, sentado en medio de los maestros, escuchándoles y preguntándoles; todos los que lo oían, estaban estupefactos por su inteligencia y sus respuestas. Al verlo, quedaron sorprendidos, y su madre le dijo: «Hijo, ¿por qué nos has hecho esto? Mira, tu padre y yo, angustiados, te andábamos buscando». Él les dijo: «Y ¿por qué me buscabais? ¿No sabíais que yo debía estar en la casa de mi Padre?» Pero ellos no comprendieron la respuesta que les dió .

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Juzguen si está bien a los ojos del Señor que les obedezcamos a ustedes antes que a Dios. Nosotros no podemos callar lo que hemos visto y oído. Hay que obedecer a Dios antes que a los hombres’’. ‘’El cielo es mi trono, y la tierra la tarima de mis pies. ¿Qué casa me edificarán ustedes o dónde podrá estar mi lugar de reposo? Hombres rebeldes, paganos de corazón y cerrados a la verdad. Ustedes siempre resisten al Espíritu Santo y son iguales a sus padres’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

MISTERIOS DOLOROSOS

6.- La Oración de Nuestro Señor en el Huerto de Getsemaní.

Llegados al huerto de Getsemaní, donde Jesús se había reunido muchas veces con sus discípulos, se apartó del grupo, tomando consigo a Pedro, Santiago y Juan, a quienes les confió, lleno de pavor y angustia: «Mi alma está triste hasta el punto de morir; quedaos aquí y velad conmigo». Pero ellos no fueron capaces de acompañarle velando y orando. Jesús fue y vino repetidas veces de la oración a la compañía de sus adormecidos discípulos. A solas, cayó rostro en tierra, y suplicaba así: «Padre mío, si es posible, que pase de mí esta copa, pero no sea como yo quiero, sino como quieras tú»; «¡Abbá, Padre!; todo es posible para ti; aparta de mí esta copa; pero no sea lo que yo quiero, sino lo que quieras tú»; «Padre, si quieres, aparta de mí esta copa; pero no se haga mi voluntad, sino la tuya». Entonces, se le apareció un ángel venido del cielo que le confortaba. Y sumido en agonía, insistía más en su oración. Su sudor se hizo como gotas espesas de sangre que caían en tierra. Finalmente, se levantó de la oración, fue donde los discípulos y les dijo: «¿Cómo es que estáis dormidos? Levantaos y orad para que no caigáis en tentación; ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de pecadores».

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Esta es la Vida eterna: que te conozcan a ti, el único Dios verdadero, y a tu Enviado, Jesucristo.‘’ ‘’La vida eterna es conocer a Dios, si guardáis su palabra y vivís como ella, ya habéis visto a Dios y le habéis conocido’’. ‘’Ya han aparecido muchos Anticristos, y por eso sabemos que ha llegado la última hora. Ellos salieron de entre nosotros, sin embargo, no eran de los nuestros. ¿Quién es el mentiroso, sino el que niega que Jesús es el Cristo? Ese es el Anticristo: el que niega al Padre y al Hijo. El que niega al Hijo no está unido al Padre; el que reconoce al Hijo también está unido al Padre’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

7.- La Flagelación del Señor.

Después del prendimiento de Jesús en el Huerto, lo llevaron a casa del Sumo Sacerdote; Pedro y otro discípulo lo fueron siguiendo, y se quedaron en el atrio. Allí empezó el proceso religioso contra Jesús, que lo condenó a muerte, por reconocer que era el Mesías de Israel y por confesar que era verdadero Hijo de Dios.

Las autoridades judías no podían por sí mismas ejecutar esa sentencia; por eso, cuando amaneció, llevaron a Jesús ante el procurador romano y se lo entregaron. Pilato, al saber que Jesús era galileo y por tanto súbdito de Herodes, se lo remitió; pero éste, después de mofarse de Jesús, se lo devolvió.

Pilato convocó a los sumos sacerdotes, a los magistrados y al pueblo, y les dijo: «Me habéis traído a este hombre como alborotador del pueblo, pero yo le he interrogado delante de vosotros y no he hallado en este hombre ninguno de los delitos de que le acusáis. Ni tampoco Herodes, porque nos lo ha remitido. Nada ha hecho, pues, que merezca la muerte. Así que le castigaré y le soltaré».

Pilato intentando liberar a Jesús, les habló de nuevo pero ellos seguían gritando: «¡Crucifícale, crucifícale!» Por tercera vez les dijo: «Pero ¿qué mal ha hecho éste? No encuentro en él ningún delito que merezca la muerte; así que le castigaré y le soltaré». Pero ellos insistían pidiendo a grandes voces que fuera crucificado y sus gritos eran cada vez más fuertes. Finalmente, Pilato, queriendo complacer a la gente, les soltó a Barrabás, condenó a Jesús, mandó azotarle y lo entregó para que fuera crucificado.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de los pecadores, que sea crucificado y que resucite al tercer día’’. ‘’Yo soy la Resurrección y la Vida. El que cree en mí, aunque muera, vivirá y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

8.- La Coronación de espinas.

Mientras tanto, los hombres que tenían preso a Jesús se burlaban de él, le escupían y le abofeteaban, y, cubriéndole con un velo, le preguntaban: «¡Adivina! ¿Quién es el que te ha pegado?» Y le insultaban diciéndole otras muchas cosas.

En cuanto se hizo de día, se reunió el Consejo de Ancianos del pueblo, que condenó a Jesús y luego lo llevó ante Pilato. También el Procurador romano acabó condenando a Jesús y entregándolo para que lo azotaran y lo crucificaran.

Entonces los soldados del procurador llevaron consigo a Jesús al pretorio y reunieron alrededor de él a toda la cohorte. Lo desnudaron y le echaron encima un manto de púrpura; trenzaron una corona de espinas y se la pusieron sobre su cabeza, y en su mano derecha una caña; y doblando la rodilla delante de él, le hacían burla diciendo: «¡Salve, Rey de los judíos!»; y después de escupirle, cogieron la caña y le golpeaban en la cabeza. Cuando se hubieron burlado de él, le quitaron el manto, le pusieron sus ropas y lo llevaron a crucificar.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Dios nos ha reconciliado en su Hijo, por medio de su muerte en la Cruz. Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios. El nos predestinó a ser sus hijos adoptivos por medio de Jesucristo, conforme al beneplácito de su voluntad, para alabanza de la gloria de su gracia, que nos dió en su Hijo muy querido. En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

9.- El Camino del Monte Calvario cargando la Cruz.

Después de haberse burlado de Jesús, los soldados le quitaron el manto de púrpura que le habían echado encima, le pusieron sus ropas y le llevaron a crucificarle. Al salir, encontraron a un hombre de Cirene llamado Simón, y le obligaron a llevar la cruz detrás de Jesús.

Lo seguía una gran multitud del pueblo y también unas mujeres que se dolían y se lamentaban por él. Jesús, volviéndose a ellas, les dijo: «Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí; llorad más bien por vosotras y por vuestros hijos…».

Llevaban además a dos malhechores para ejecutarlos con él. Llegados a un lugar llamado Gólgota, que quiere decir Calvario, le crucificaron allí a él y a los malhechores.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Dios manifestó en Cristo, cuando lo resucitó de entre los muertos y lo hizo sentar a su derecha en el cielo, elevándolo por encima de todo Principado, Potestad, Poder y Dominación, y de cualquier otra dignidad que pueda mencionarse tanto en este mundo como en el futuro. El puso todas las cosas bajo sus pies y lo constituyó, por encima de todo, Cabeza de la Iglesia’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

10.- La Crucifixión y Muerte de Nuestro Señor.

Llegados al Calvario, crucificaron a Jesús y a los dos malhechores. Los soldados se repartieron los vestidos de Jesús por lotes, y la túnica, tejida de una pieza, sin costura, la echaron a suerte. Pilato redactó una inscripción que decía: «Jesús el Nazareno, el Rey de los judíos», y la puso sobre la cruz. Los que pasaban por allí le insultaban, meneando la cabeza y diciendo: «Tú que destruyes el Templo y en tres días lo levantas, ¡sálvate a ti mismo, si eres Hijo de Dios, y baja de la cruz!» Igualmente los sumos sacerdotes junto con los escribas y los ancianos se burlaban de él diciendo: «A otros salvó y a sí mismo no puede salvarse. Rey de Israel es, que baje ahora de la cruz, y creeremos en él. Ha puesto su confianza en Dios; que le salve ahora, si es que de verdad le quiere; ya que dijo: “Soy Hijo de Dios”». También los soldados se burlaban de él, y hasta uno de los malhechores crucificados con él le injuriaba, mientras el otro decía: «Jesús, acuérdate de mí cuando llegues a tu Reino»; Jesús le respondió: «Te aseguro que hoy estarás conmigo en el paraíso».

Al mediodía quedó la tierra en tinieblas y se produjeron otros fenómenos extraordinarios. Hacia las tres de la tarde, habiendo dado perfecto cumplimiento a todos los designios divinos, Jesús se encomendó a su Padre con voz poderosa e inclinando la cabeza entregó el espíritu.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Cristo murió por nuestros pecados, conforme a la Escritura. Fue sepultado y resucitó al tercer día, de acuerdo con la Escritura. Porque la muerte vino al mundo por medio de un hombre, y también por medio de un hombre viene la resurrección. En efecto, así como todos mueren en Adán, así también todos revivirán en Cristo. ¡Si alguien no ama al Señor, que sea maldito!’’

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

MISTERIOS GLORIOSOS

11.-La Resurrección del Señor.

Pasado el sábado, al rayar el alba, el primer día de la semana, fueron María Magdalena y la otra María a ver el sepulcro. De pronto hubo un gran terremoto, pues un ángel del Señor bajó del cielo, se acercó, hizo rodar la losa del sepulcro y se sentó en ella. Su aspecto era como un rayo, y su vestido blanco como la nieve. Los guardias temblaron de miedo y se quedaron como muertos. Pero el ángel, dirigiéndose a las mujeres, les dijo: “No temáis; sé que buscáis a Jesús, el crucificado. No está aquí. Ha resucitado, como dijo. Venid, ved el sitio donde estaba. Id en seguida a decir a sus discípulos: Ha resucitado de entre los muertos y va delante de vosotros a Galilea. Allí le veréis. Ya os lo he dicho”.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Tus pecados te son perdonados, levántate y anda’’. ‘’¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan’’. ‘’Si confesamos nuestros pecados, él es fiel y justo para perdonarnos y purificarnos de toda maldad’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

12.- La Ascensión del Señor a los Cielos.

Después de su pasión y muerte, Jesús se presentó a los apóstoles que había elegido, dándoles muchas pruebas de que vivía, apareciéndoseles durante cuarenta días y hablándoles acerca de lo referente al Reino de Dios. Les prometió que serían bautizados en el Espíritu Santo: «Recibiréis –les dijo– la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaría, y hasta los confines de la tierra». Y entre las muchas instrucciones que les fue dando, San Mateo recuerda que les habló así: «Me ha sido dado todo poder en el cielo y en la tierra. Id, pues, y haced discípulos a todas las gentes bautizándolas en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que yo os he mandado. Y he aquí que yo estoy con vosotros todos los días hasta el fin del mundo».

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Si alguien está afligido, que ore. Si está alegre, que cante salmos. Si está enfermo, que llame a los presbíteros de la Iglesia, para que oren por él y lo unjan con óleo en el nombre del Señor. La oración que nace de la fe salvará al enfermo, el Señor lo aliviará, y si tuviera pecados, le serán perdonados. Confiesen mutuamente sus pecados y oren los unos por los otros, para ser curados’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

13.- La Venida del Espíritu Santo.

Después de la Ascensión del Señor, cuantos le habían acompañado de Jerusalén al Monte de los Olivos regresaron a la Ciudad, y perseveraban constantes en la oración, en compañía de María, la madre de Jesús, aguardando el cumplimiento de la promesa del Resucitado: «Vosotros seréis bautizados en el Espíritu Santo dentro de pocos días… Recibiréis la fuerza del Espíritu Santo, que vendrá sobre vosotros, y seréis mis testigos…»

Al llegar el día de la fiesta judía de Pentecostés, cincuenta días después de pascua, y de la Resurrección del Señor, estaban todos reunidos en un mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban. Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos; quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Yo soy el pan de Vida. Sus padres, en el desierto, comieron el maná y murieron. Pero este es el pan que desciende del cielo, para que aquel que lo coma no muera. Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo. Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

14.-La Asunción de Nuestra Señora a los Cielos.

La Santísima Virgen María, cumplido el curso de su vida terrena, fue llevada en cuerpo y alma a la gloria del cielo, en donde ella participa ya en la gloria de la resurrección de su Hijo, anticipando la resurrección de todos los miembros de su Cuerpo.

Llena de gracia” Dios le había concedido todas las gracias, no sólo la gracia santificante, sino todas las gracias de que era capaz una criatura predestinada para ser Madre de Dios.

«Todas las generaciones me llamarán bienaventurada porque el Señor ha hecho obras grandes en mí»

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’El hombre dejará a su padre y a su madre para unirse a su mujer, y los dos no serán sino una sola carne. De manera que ya no son dos, sino una sola carne. Que el hombre no separe lo que Dios ha unido. El que se divorcia de su mujer, a no ser en caso de unión ilegal, y se casa con otra, comete adulterio’’.

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

15.- La Coronación de la Santísima Virgen.

Una gran señal apareció en el cielo: una mujer vestida del sol, con la luna bajo sus pies y una corona de doce estrellas en la cabeza”. «Con ánimo verdaderamente maternal, al tener en sus manos el negocio de nuestra salvación, Ella se preocupa de todo el género humano, pues está constituida por el Señor Reina del cielo y de la tierra y está exaltada sobre los coros todos de los Ángeles y sobre los grados todos de los Santos en el cielo; estando a la diestra de su unigénito Hijo, Jesucristo, Señor nuestro, con sus maternales súplicas impetra eficazmente, obtiene cuanto pide, y no puede no ser escuchada».

Nos dice la Sagrada Escritura: ‘’Cuando el Hijo del hombre venga en su gloria rodeado de todos los ángeles, se sentará en su trono glorioso. Todas las naciones serán reunidas en su presencia, y él separará a unos de otros, como el pastor separa las ovejas de los cabritos, y pondrá a aquellas a su derecha y a estos a su izquierda. Entonces el Rey dirá a los que tenga a su derecha: Vengan, benditos de mi Padre, y reciban en herencia el Reino que les fue preparado desde el comienzo del mundo, porque tuve hambre, y ustedes me dieron de comer; tuve sed, y me dieron de beber; estaba de paso, y me alojaron; desnudo, y me vistieron; enfermo, y me visitaron; preso, y me vinieron a ver. Les aseguro que cada vez que lo hicieron con el más pequeño de mis hermanos, lo hicieron conmigo».

* REZAR UN PADRE NUESTRO Y 10 AVE MARIAS *

Gloria eterna al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo, como era en el principio, ahora y siempre, por los siglos de los siglos. Amén.

María, Madre de gracia, Madre de piedad, Madre de misericordia, defiéndenos del enemigo y ampáranos, ahora y en la hora de nuestra muerte. Amén.

Oh Jesús mío, perdona nuestros pecados, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas de tu misericordia.

 

AGRADECIMIENTO

Gracias os damos Soberana Reina, por los favores que todos los días recibimos de vuestra benéfica mano; dignaos, Señora, tenernos ahora y siempre bajo vuestra protección y amparo; y para más obligaros, os saludamos con un Salve:

Dios te salve, Reina y Madre de misericordia, vida, dulzura y esperanza nuestra; Dios te salve. A ti llamamos los desterrados hijos de Eva; a ti suspiramos, gimiendo y llorando en este valle de lágrimas. Ea, pues, Señora, abogada nuestra, vuelve a nosotros esos tus ojos misericordiosos; y después de este destierro muéstranos a Jesús, fruto bendito de tu vientre. ¡Oh clementísima, oh piadosa, oh dulce siempre Virgen María!, ruega por nosotros Santa Madre de Dios para que seamos dignos de alcanzar las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

LETANIAS DE LA VIRGEN

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad

Cristo, ten piedad. Cristo, ten piedad

Señor, ten piedad. Señor, ten piedad

Cristo, óyenos. Cristo, óyenos

Cristo, escúchanos. Cristo, escúchanos

Dios, Padre celestial. Ten piedad de nosotros

Dios, Hijo, Redentor del mundo. Ten piedad de nosotros

Dios, Espíritu Santo. Ten piedad de nosotros

Santísima Trinidad, un solo Dios. Ten piedad de nosotros

Santa María, ruega por nosotros

Santa Madre de Dios, ruega por nosotros

Santa Virgen de las Vírgenes, ruega por nosotros

Madre de Cristo, ruega por nosotros

Madre de la Iglesia, ruega por nosotros

Madre de la divina gracia, ruega por nosotros

Madre purísima, ruega por nosotros

Madre castísima, ruega por nosotros

Madre siempre virgen, ruega por nosotros

Madre inmaculada, ruega por nosotros

Madre amable, ruega por nosotros

Madre admirable, ruega por nosotros

Madre del buen consejo, ruega por nosotros

Madre del Creador, ruega por nosotros

Madre del Salvador, ruega por nosotros

Madre de misericordia, ruega por nosotros

Virgen prudentísima, ruega por nosotros

Virgen digna de veneración, ruega por nosotros

Virgen digna de alabanza, ruega por nosotros

Virgen poderosa, ruega por nosotros

Virgen clemente, ruega por nosotros

Virgen fiel, ruega por nosotros

Espejo de justicia, ruega por nosotros

Trono de la sabiduría, ruega por nosotros

Causa de nuestra alegría, ruega por nosotros

Vaso espiritual, ruega por nosotros

Vaso digno de honor, ruega por nosotros

Vaso de insigne devoción, ruega por nosotros

Rosa mística, ruega por nosotros

Torre de David, ruega por nosotros

Torre de marfil, ruega por nosotros

Casa de oro, ruega por nosotros

Arca de la Alianza, ruega por nosotros

Puerta del cielo, ruega por nosotros

Estrella de la mañana, ruega por nosotros

Salud de los enfermos, ruega por nosotros

Refugio de los pecadores, ruega por nosotros

Consoladora de los afligidos, ruega por nosotros

Auxilio de los cristianos, ruega por nosotros

Reina de los Ángeles, ruega por nosotros

Reina de los Patriarcas, ruega por nosotros

Reina de los Profetas, ruega por nosotros

Reina de los Apóstoles, ruega por nosotros

Reina de los Mártires, ruega por nosotros

Reina de los Confesores, ruega por nosotros

Reina de las Vírgenes, ruega por nosotros

Reina de todos los Santos, ruega por nosotros

Reina concebida sin pecado original, ruega por nosotros

Reina asunta a los Cielos, ruega por nosotros

Reina del Santísimo Rosario, ruega por nosotros

Reina de la familia, ruega por nosotros

Reina de la paz, ruega por nosotros.

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros

Ruega por nosotros, Santa Madre de Dios

Para que seamos dignos de alcanzar

las promesas de nuestro Señor Jesucristo. Amén.

 

LETANIAS A SAN JOSÉ

Santa María. Ruega por nosotros

San José. Ruega por nosotros

Ilustre descendiente de David. Ruega por nosotros

Luz de los patriarcas. Ruega por nosotros

Esposo de la Madre de Dios. Ruega por nosotros

Custodio purísimo de la Virgen. Ruega por nosotros

Nutricio del Hijo de Dios. Ruega por nosotros

Diligente defensor de Cristo. Ruega por nosotros

Jefe de la Sagrada Familia. Ruega por nosotros

José justo. Ruega por nosotros

José casto. Ruega por nosotros

José prudente. Ruega por nosotros

José fuerte. Ruega por nosotros

José obediente. Ruega por nosotros

José fiel. Ruega por nosotros

Espejo de paciencia. Ruega por nosotros

Amante de la pobreza. Ruega por nosotros

Modelo de obreros. Ruega por nosotros

Gloria de la vida doméstica. Ruega por nosotros

Custodio de vírgenes. Ruega por nosotros

Sostén de las familias. Ruega por nosotros

Consuelo de los desdichados. Ruega por nosotros

Esperanza de los enfermos. Ruega por nosotros

Patrono de los moribundos. Ruega por nosotros

Terror de los demonios. Ruega por nosotros

Protector de la Santa Iglesia. Ruega por nosotros

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Perdónanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Escúchanos, Señor

Cordero de Dios, que quitas el pecado del mundo. Ten misericordia de nosotros

Lo nombró el Señor a San José administrador de su casa. Y Señor de todas sus posesiones

¡Oh Dios, que con inefable providencia te dignaste elegir a San José para esposo

de tu Santísima Madre!; te rogamos nos concedas tenerlo como intercesor en el cielo,

ya que lo veneramos como protector en la tierra. Tú, que vives y reinas por los siglos de

los siglos. Amén.

 

ORACIÓN A SAN JOSÉ

A ti, bienaventurado San José, acudimos en nuestra tribulación, y después de implorar el auxilio de tu Santísima Esposa, solicitamos también confiadamente tu patrocinio. Con aquella caridad que te tuvo unido con la Inmaculada Virgen María, Madre de Dios, y por el paterno amor con que abrazaste al Niño Jesús, humildemente te suplicamos que vuelvas benigno los ojos a la herencia que con su Sangre adquirió Jesucristo, y con tu poder y auxilio socorras nuestras necesidades.

Protege, oh providentísimo Custodio de la Divina Familia, la escogida descendencia de Jesucristo; aleja de nosotros, oh padre amantísimo, este flagelo de errores y vicios. Asístenos propicio desde el cielo, en esta lucha contra el poder de las tinieblas; y como en otro tiempo libraste de la muerte la vida amenazada del Niño Jesús, así ahora defiende a la Santa Iglesia de Dios de las hostiles insidias y de toda adversidad.

Y a cada uno de nosotros protégenos con tu constante patrocinio, para que, a ejemplo tuyo, y sostenidos por tu auxilio, podamos vivir y morir santamente y alcanzar en los cielos la eterna bienaventuranza. Amén.

 

ORACIÓN

Te rogamos nos concedas, Señor Dios nuestro, gozar de continua salud de alma y cuerpo, y por la gloriosa intercesión de la bienaventurada siempre Virgen María, y del bienaventurado siempre San José, vernos libres de las tristezas de la vida presente y disfrutar de las alegrías eternas. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.

 

ORACIÓN A SAN MIGUEL ARCÁNGEL

San Miguel Arcángel: Defiéndenos en la pelea contra Satanás y sus demonios; sed nuestro amparo y protección; que el Altísimo os dé el poder y el permiso para que nos asistáis y que Dios haga oír su voz imperiosa para que expulse a Satanás y sus demonios que quieren hacer perder la humanidad. Que tu grito: “¿Quién como Dios?, ¡nadie es como Dios!”, someta a Satanás y sus demonios bajo nuestros pies. Amén.

Virgen Santísima del Rosario de Fátima, vos dijisteis: ‘’Mira, hija mía, Mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos a todos momentos me clavan, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, me vienes a consolar y dí que todos aquellos que durante cinco meses, el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario con el fin de desagravarme, yo prometo asistirles, en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación de esas almas’’.

Rezad el Rosario todos los días. Mirad el Corazón de la Santísima Virgen que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en todos los momentos le clavan sin que nadie haga un acto de reparación para eliminarlos.

La Virgen Santísima dijo que en estos últimos tiempos en los que vivimos ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario. Hasta el punto que no hay ningún problema que no pueda ser resuelto por el Rosario. No importa lo difícil que sea, ya sea temporal o, sobre todo, espiritual. En la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y naciones. Con el Santo Rosario, nos salvaremos; vamos a santificarnos; vamos a consolar a nuestro Señor y a nuestra Señora; y obtener la salvación de muchas almas.

Oh Jesús, este sacrificio es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.

¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía?

Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.

Ave María Purísima, sin pecado concebida. Padre, Hijo y Espíritu Santo. Amen.

—————FIN DEL SANTO ROSARIO———————

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APARICIONES DE LA SANTÍSIMA VIRGEN DEL ROSARIO DE FÁTIMA

Ciclo Angélico: Apariciones del Ángel en el año 1916

Primera aparición del Ángel

Lugar: Loca do Cabeço, Pregonero en los Valinhos

Fecha: Primavera de 1916

«– ¡No temáis! Soy en Ángel de la Paz. Orad conmigo.
Y arrodillándose en la tierra, dobló la frente hasta el suelo. Llevados por un movimiento sobrenatural, lo imitamos y repetimos las palabras que le oíamos pronunciar:
– Dios mío, yo creo, adoro, espero y te amo. Os pido perdón por los que no creen, no adoran, no esperan y no te aman.
Después de repetir esto tres veces, se levanta y dice:
– Orad así. Los corazones de Jesús y María están atentos a la voz de vuestras súplicas»

Segunda aparición del Ángel

Lugar: Quintal de la casa de Lucía, al lado del Pozo do Arneiro

Fecha: Verano de 1916

«– ¿Qué hacéis? ¡Orad! ¡Orad mucho! Los corazones de Jesús y María tiene sobre vosotros designios de misericordia. Ofreced constantemente al Altísimo oraciones y sacrificios.
– ¿Cómo nos tenemos que sacrificar? – pregunté.
De todo lo que puedas, ofrece un sacrificio en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores. Atrae, así, la paz sobre tu Patria. Yo soy el Ángel de su guarda, el Ángel de Portugal. Sobre todo aceptad y soportad con sumisión el sufrimiento que el Señor os envía».

Tercera aparición del Ángel

Lugar: Loca do Cabeço,

Fecha: Otoño de 1916

«[…] trayendo en la mano un caliz y sobre el una Hostia, de la cual cayeron, dentro del cáliz, algunas gotas de sangre. Dejando el cáliz y la Hostia suspendidos en el aire, se postró por tierra y repitió tres veces la oración:
– Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, yo te adoro profundamente y te ofrezco el Preciosísimo Cuerpo, Sangre, Alma y Divinidad de nuestro Señor Jesucristo, presente en todos los Sagrarios del mundo, en reparación de los ultrajes con los que El es ofendido. Por los méritos infinitos del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María, te pido la conversión de los pecadores.
Después, levantándose, tomó de nuevo el cáliz y la Hostia y me dio la Hostia a mi y lo que contenía el cáliz se lo dió a beber a Jacinta y a Francisco, diciendo al mismo tiempo:
– Tomad y bebed el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo horriblemente ultrajado por los hombres ingratos. Reparad sus crimenes y consolad a vuestro Dios.
De nuevo se postró por tierra y repetió con nosotros tres veces más la misma oración:
– Santísima Trinidad… etc.»

Ciclo Mariano: Apariciones de Nuestra Señora en el año 1917

Primera aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria.

Fecha: 13 de Mayo de 1917

«– ¡No tengáis miedo! ¡Yo no os voy a hacer daño!
– ¿De dónde es usted? – le pregunté.
– Soy del Cielo.
– ¿Y qué es lo que usted me quiere?
– Vine a pediros que vengáis aquí, seis meses seguidos, el día 13 a esta misma hora. Después diré quién soy y lo que quiero. Después volveré aquí una séptima vez.
[– ¿Usted me sabe decir si la guerra aún durará mucho tiempo o se acabará en breve?
– No te lo puedo decir aún, mientras no te diga también lo que quiero.]
– ¿Y yo también voy a ir al Cielo?
– Sí, irás.
– ¿Y Jacinta?
– También.
– ¿Y Francisco?
– También, pero tiene que rezar muchos rosarios.
[…]
– ¿Y Maria das Neves ya está en el Cielo?
– Sí, está.
– ¿Y Amélia?
– Estará en el purgatorio hasta el fin del mundo.
[…]
– ¿Queréis ofreceros a Dios para soportar todos los sufrimientos que Él os quiera enviar, en acto de reparación por los pecados con que Él es ofendido y de súplica por la conversión de los pecadores?
– ¡Sí, queremos!

– Vais, pues, a tener que sufrir mucho, pero la gracia de Dios será vuestro consuelo.
Fue al pronunciar estas últimas palabras (la gracia de Dios, etc.) cuando abrió por primera vez las manos, comunicándonos una luz tan intensa, que expedía de ellas como un gran reflejo, que penetrándonos en el pecho y en lo más íntimo del alma, nos hacía ver a nosotros mismos en Dios, que era esa luz, más claramente de lo que nos vemos en el mejor de los espejos. Entonces por un impulso íntimo también comunicado, caímos de rodillas y repetíamos íntimamente:
– ¡Oh Santísima Trinidad, yo te adoro. Dios mío, Dios mío, yo te amo en el Santísimo Sacramento!
Pasados los primeros momentos, Nuestra Señora agregó:
– Recen el Rosario todos los días, para alcanzar la paz para el mundo y el fin de la guerra.»

Segunda aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria,

Fecha: 13 de Junio de 1917

Personas presentes: 50 a 60 personas

«– ¿Usted qué es lo que me quiere? – pregunté.
– Quiero que vengáis aquí el día 13 del mes que viene, que recéis el rosario y que aprendan a leer. Después diré lo que quiero.
Pedí la cura para un enfermo.
– Si se convierte, se curará durante el año.
– Quería pedirle que nos llevara para el Cielo.
– Sí; Jacinta y Francisco me los llevo en breve. Pero tú quedas aquí algún tiempo más. Jesús quiere servirse de ti para hacerme conocer y amar. El quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón, a quien la abrace, promete la salvación; y serán queridas de Dios estas almas, como flores puestas por Mi adornando su Trono.
– ¿Quedo aquí solita? – pregunté, con pena.
– No, hija. ¿Y tú sufres mucho? No desanimes. Yo nunca te dejaré. Mi Inmaculado Corazón será tu refugio y el camino que te conducirá hasta Dios.
Fue en el momento en el que dijo estas últimas palabras cuando abrió las manos y nos comunicó, por segunda vez, el reflejo de esa luz inmensa. En ella nos veíamos como sumergidos en Dios. Jacinta y Francisco parecían estar en la parte de esa luz que se elevaba hacia el Cielo y yo en la que se esparcía sobre la tierra. Enfrente de la palma de la mano derecha de Nuestra Señora, estaba un corazón rodeado de espinas que parecían estar clavados. Comprendimos que era el Inmaculado Corazón de María, ultrajado por los pecados de la humanidad, que quería reparación.»

Tercera aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria

Fec

ha: 13 de Julio de 1917

Personas presentes: entre 4.000-5.000 ó 2.000-3.000

«– ¿Usted que es lo que me quiere?
– Quiero que vengan aquí el día 13 del mes que viene, que continúen rezando el Rosario todos los días, en honor de Nuestra Señora del Rosario, para obtener la paz del mundo y el fin de la guerra, porque solo Ella os puede ayudar.
– Quería pedirle que nos dijera quién es, y que haga un milagro para que todos crean que usted se nos aparece.
– Continúen viniendo aquí todos los meses. En octubre diré quién soy, lo qué quiero, y haré un milagro que todos podrán ver, para creer.
[– Tengo aquí una petición para que usted convierta a una mujer de Pedrógão y una de Fátima y mejore a un niño de Moita.
Ella dijo que las convertía y mejoraba en un año.]
 Santificáos por los pecadores y decid muchas veces y en especial cuando hagáis algún sacrificio: «Oh Jesús, es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María».
Al decir estas últimas palabras, abrió de nuevo las manos, como en los dos meses anteriores.
El reflejo pareció penetar en la tierra y vimos como un gran mar de fuego. Sumergidos en ese fuego, los demonios y las almas, como si fueses brasas transparentes y negras o bronceadas, con forma humana, que fluctuaban en el incendio, llevadas por las llamas que de ellas mismas salían junto con nubes de humo, cayendo por todos los lados, semejante al caer de las chispas en los grandes (incendios), sin peso ni equilibiro, entre giros y gemidos de dolor y deseperanza que horrorizaba y hacía estremecer de pavor (¡debió ser al enfrentarme con esta imagen que di ese grito ahi! Dicen haberme oido). Los demonios se distinguían por formas horribles y asquerosas de animales espantosos y desconocidos, pero transparentes como carbones negros en la brasa. Asustados y como pidiendo socorro, levantamos las vista hacia Nuestra Señora, que nos dijo con bondad y tristeza:


– Vísteis el infierno, a donde van las almas de los pobres pecadores; para salvarlas, Dios quiere establecer en el mundo la devoción a mi Inmaculado Corazón. Si hacen lo que yo os diga, se salvarán muchas almas y tendrán paz. La guerra va a acabar. Pero, si no dejan de ofender a Dios, en el reinado de Pío XI comenzará otra peor. Cuando veáis una noche iluminada por una luz desconocida, sabed que es la gran señal que Dios os da de que va a castigar al mundo de sus crímenes, por medio de la guerra, de hambre y de persecuciones a la Iglesia y al Santo Padre.
Para impedirla vendré a pedir la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón y la comunión reparadora en los primeros sábados. Si atienden mis peticiones, Rusia se convertirá y tendrán paz; si no, esparcirá sus errores por el mundo, promoviendo guerras y persecuciones a la Iglesia. Los buenos serán martirizados, el Santo Padre tendrá mucho que sufrir, varias naciones serán aniquiladas. Por fin Mi Inmaculado Corazón triunfará. El Santo Padre me consagrará a Rusia, que se convertirá, y será concedido al mundo algún tiempo de paz. En Portugal se conservará siempre el dogma de la Fe.
{Después de las dos partes que ya expuse, vimos en el lado izquierdo de Nuestra Señora, un poco más alto, un Ángel con una espada de fuego en la mano izquierda; al brillar, despedía llamas que parecían que iban a incendiar al mundo; pero se apagaban con el contacto del brillo que de la mano derecha expedía Nuestra Señora a su encuentro: el Ángel apuntando con la mano derecha hacia la tierra, con voz fuerte dijo: «¡Penitencia, Penitencia, Penitencia!» Y vimos en una luz inmensa que es Dios algo semejante a como se ven las personas en un espejo cuando le pasa por delante un Obispo vestido de Blanco; tuvimos el presentimiento de que era el Santo Padre. Varios otros Obispos sacerdotes, religiosos y religiosas subir una escabrosa montaña, en lo alto de la cual estaba una gran Cruz de troncos toscos como si fueran de corcho con la cáscara; el Santo Padre, antes de llegar ahí, atravesó una gran ciudad medio en ruinas, y medio tambaleante, con andar vacilante, desconsolado de dolor y pena, iba orando por las almas de los cadáveres que se encontraba por el camino; llegando a lo alto del monte, postrado de rodillas a los pies de la gran Cruz, fue asesinado por un grupo de soldados que le dispararon varios tiros y flechas, y así mismo fueron muriendo unos tras otros los Obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas y varias personas seglares, caballeros y señoras de varias clases y posiciones. Bajo los dos brazos de la Cruz estaban dos Ángeles cada uno con una regadera de cristal en la mano, en ellas recogían la sangre de los mártires y con ella regaban las almas que se aproximaban a Dios.}
Esto no se lo digáis a nadie. A Francisco, sí, podéis decírselo.
Cuando rezáis el rosario, decid después de cada misterio: «Oh Jesús mío, perdónanos, líbranos del fuego del infierno, lleva al cielo a todas las almas, especialmente a las más necesitadas».
Se siguió un instante de silencio y pregunté:
– ¿Usted no me quiere nada más?
– No. Hoy no quiero nada más.»

Cuarta aparición de Nuestra Señora

Lugar: Valinhos

Fecha: 19 de Agosto de 1917

Personas presentes (el día 13): entre 15.000-18.000, aunque algunos escritos hablan de apenas 5.000

«– ¿Qué es lo que usted me quiere?
– Quiero que continuéis yendo a Cova de Iria el día 13, que continuéis rezando el rosario todos los días. En el último mes, haré un milagro para que todos crean. [Si no hubiesen hablado contigo hacia la Aldea el Milagro sería más conocido; vendría San José con el Niño Jesús para dar la paz al mundo y vendría Nuestro Señor a bendecir al pueblo, venía Nuestra Señora del Rosario con un Ángel de cada lado y Nuestra Señora con un arco de flores alrededor.]
– ¿Qué es lo que usted quiere que se haga con el dinero que el pueblo deja en Cova de Iria?
– Hagan dos andas: una llévala tú con Jacinta y otras dos niñas, vestidas de blanco; la otra la lleva Francisco con tres niños. El dinero de las andas es para la fiesta de Nuestra Señora del Rosario y lo que sobre es para la ayuda de una capilla que mandaré construir.
– Quería pedirle la cura de algunos enfermos.
– Sí, a algunos curaré durante el año.
Y tomando un aspecto más triste:
– Rezad, rezad mucho y haced sacrificios por los pecadores, que van muchas almas al infierno por no haber quién se sacrifique y pida por ellas.»

Quinta aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria,

Fecha: 13 de Septiembre de 1917

Personas presentes: entre 20.000-30.000

«– Continúen rezando el rosario a Nuestra Señora del Rosario, todos los días, [que tape ella la guerra] para alcanzar el fin de la guerra, [que la guerra está acabando]. En octubre vendrá también Nuestro Señor, Nuestra Señora de los Dolores y del Carmen, S. José con el Niño Jesús para bendecir al Mundo. Dios está contento con vuestros sacrificios, pero no quiere que durmáis con la cuerda; traerla solo durante el día.
– Me han hecho muchas peticiones para que le pida muchas cosas: la cura de algunos enfermos, de un sordomudo.
– A algunos curaré, a otros no, [porque Nuestro Señor no quiere creer en ellos]. En octubre hare´el milagro para que todos crean.
[– El pueblo quiere mucho una capilla aquí.
– [De] la mitad del dinero que junten hasta hoy hagan dos andas y donénlos a la Señora del Rosario; la otra mitad que sea para la ayuda de la capilla.
Le ofrecí dos cartas y un bote con agua de colonia.
– Me dieron esto, si usted lo quiere.
– Eso no es conveniento para llevar al Cielo.]»

Sexta aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria,

Fecha: 13 de Octubre de 1917

Personas presentes: entre 50.000-70.000

«– ¿Qué es los que usted me quiere?
– Quiero decirte que hagan aquí una capilla en mi honor, que soy la Señora del Rosario, que continúen siempre rezando el Rosario todos los días. La guerra va a acabar [aún hoy] y los militares volverán en breve para sus casas.
– Yo tenía muchas cosas para pedirle: si curaba a unos enfermos y si convertía a unos pecadores, etc.
– A unos sí, a otros no. Es necesario que se enmienden, que pidan perdón por sus pecados.
Y tomando un aspecto más triste:
– ¡No ofendan más a Nuestro Señor que ya está muy ofendido! {Si el pueblo se enmienda, acaba la guerra y, si no se enmienda, acaba el mundo.}
[– ¿Aún me quiere alguna cosa más?
– Ya no quiero nada más.]
Y, abriendo las manos, las hizo reflejar en el Sol. Y mientras se elevaba, continuaba la reflejo de su propia luz proyectando en el Sol.
[…]
Desaparecida Nuestra Señora en la inmensa distancia del firmamento, vimos, al lado del sol, a S. José con el Niño y Nuestra Señora vestida de blanco, con un manto azul. San José con el Niño parecían bendecir al Mundo, con los gestos que hacían con la mano en forma de cruz. Poco después, desvanecida esta aparición, vi a Nuestro Señor y a Nuestra Señora que me hacía pensar que se trataba de Nuestra Señora de los Dolores. Nuestro Señor parecía bendecir al mundo de la misma manera que San José. Se desvaneció esta aparición y me pareció ver aún a Nuestra Señora en la forma de Nuestra Señora del Carmen.»

Séptima aparición de Nuestra Señora

Lugar: Cova da Iria,

Fecha: 15 de Junio de 1921

Contexto: Víspera de la salida de Lucía hacia el asilo de Vilar

D. José se encontró por primera vez con Lucía alrededor de 1920-1921, y la interrogó acerca de los acontecimientos. Le propuso abandonar Fátima para ir a Porto, porque allá aún no era conocida.
Del diario de la Hermana Lucía:

«De nuevo, en Fátima, guardé inviolable mi secreto. Pero la alegría que sentí al despedirme del Señor Obispo, duró poco tiempo. Me acordaba de mis familiares, de la casa paterna, de  Cova de Iria, Cabeço, Valinhos, del pozo… y ¿ahora dejar todo, así, de una vez para siempre? ¿Para ir no sé muy bien hacia dónde…? Dije al Sr. obispo que sí, pero ahora voy a decirle que me arrepentí y que para allí no quiero ir.»

Estaba en esa lucha, cuando fue a Cova de Iria:

«Así solícita, una vez más descendiste a la tierra, y fue entonces cuando sentí Tu mano amiga y maternal tocarme en el hombro; levanté la mirada y Te vi, eras Tú, la Madre bendita dándome la mano e indicándome el camino; Tus labios apretados y el dulce timbre de tu voz restituyó la luz y la paz en mi alma: «Aquí estoy por séptima vez, sigue el camino por donde el Señor Obispo te quiere llevar, esa es la voluntad de Dios.»
Repetí entonces mi «sí», ahora bien, más consciente del que dije el día 13 de mayo de 1917 y mientras te elevabas de nuevo hacia al Cielo, como una mirada, me pasó por el espíritu toda la serie de maravillas que en aquel mismo lugar, hacía apenas cuatro años,  se me habían dado a contemplar.»

Ciclo Cordimariano, de 1925 a 1929

Aparición de Nuestra Señora

Lugar: en su habitación, en Pontevedra

Fecha: 10 de Diciembre de 1925

«Se le apareció la Santísima Virgen y, a su lado, suspenso en una nube, un Niño. La Santísima Virgen, poniéndole en el hombro la mano y mostrando, al mismo tiempo, un corazón que tenía en la otra mano, rodeado de espinas.
Al mismo tiempo, dijo el Niño:
Ten pena del Corazón de tu Santísima Virgen que está cubierto de espinas, que los hombres ingratos en todos los momentos le clavan sin que nadie haga un acto de reparación para eliminarlos.


En seguida dijo la Santísima Virgen:
– Mira, hija mía, Mi Corazón rodeado de espinas, que los hombres ingratos a todos momentos me clavan, con blasfemias e ingratitudes. Tú, al menos, me vienes a consolar y dí que todos aquellos que durante cinco meses, el primer sábado, se confiesen, reciban la sagrada Comunión, recen el Rosario y me hagan 15 minutos de compañía, meditando en los 15 misterios del Rosario con el fin de desagravarme, yo prometo asistirles, en la hora de la muerte, con todas las gracias necesarias para la salvación de esas almas.»

Aparición del Niño Jesús

Lugar: en el patio, en Pontevedra

Fecha: 15 de Febrero de 1926

«El día 15-2-1926, volviendo yo allí [para vaciar un cubo de basura en el patio], como es costumbre, encontré a un niño que me parecía ser el mismo [que ya encontrara una vez más antes allí] y le pregunté entonces:
– ¿Has pedido al Niño Jesús a la Madre del Cielo?
El niño se vuelva hacía mi y me dice:
– ¿Y tú has dispersado, por el mundo, aquello que la Madre del Cielo te pidió?

Y, en esto, se transforma en un Niño resplandeciente. Conociendo, entonces, que era Jesús, dije:
– ¡Jesús mío! Tú bien sabes lo que mi confesor me dijo en la carta que te leí. Decía que era precioso que aquella visión se repitiese, que hubiese hechos para que fuese creída, y la madre Superiora, sola, propagar este hecho, nada podía.
– Es verdad que la Madre Superiora sola, nada puede; pero, con mi gracias, puede todo. Y basta que tu Confesor te de licencia, y tu Superiora lo diga, para que sea creído, hasta sin saber a quién le fue revelado.
– Pero mi Confesor decía en la carta que esta devoción no hacía falta en el mundo, porque ya había muchas almas que te recibían, los primeros sábados, en honor de Nuestra Señora y de los 15 misterios del Rosario.
– Es verdad, hija mía, que muchas almas los comienzan, pero pocas los acaban; y las que los terminan, es con el fin de recibir las gracias que ahí están prometidas; y me agradan más las que hicieron los cinco con fervor y con el fin de desagraviar al Corazón de tu Madre del Cielo, que los que hagan los 15, tibios e indiferentes…

– ¡Jesús mío! Muchas almas tienen la dificultad de confesarse el sábado. ¡Si permitiese que la confesión de ocho días fuese válida!
– Sí. Pueden ser muchos más días, contando que estén en gracia en el primer sábado, cuando me reciban; y que en esa confesión anterior hayan hecho la intención de, con ella, desagraviar al Sagrado Corazón de María.
– ¡Jesús mío! ¿Y las que se olvidaran de formar esa intención?
– Me la  pueden formar después en otra confesión siguiente, aprovechando la primera ocasión que tuvieran para confesarse.}»

Aparición de la Santísima Trinidad y Nuestra Señora

Lugar: en la capilla, en Tui

Fecha: 13 de Junio de 1929

«La única luz era la de la lámpara. De repente, se iluminó toda la capilla con una luz sobrenatural y sobre el altar apareció una Cruz de luz que llegaba hasta el techo.
Con una luz más clara se veía, en la parte superior de la Cruz, una cara de hombre con el cuerpo hasta la cintura, sobre el pecho una paloma también de luz, y pegado a la Cruz, el cuerpo de otro hombre. Un poco más abajo de la cintura, suspendido en el aire, se veía un cáliz y una Hostia grande, sobre la cual caían algunas gotas de sangre que corrían por los rostros del Crucificado y de una herida en el pecho.
Deslizándose por la Hostia, esas gotas caían dentro del Cáliz:
Bajo el brazo derecho de la Cruz estaba Nuestra Señora («se trataba de Nuestra Señora de Fátima con su Inmaculado Corazón … en la mano izquierda, … sin espada ni rosas, pero con una corona de espinas y llamas») con su Inmaculado Corazón en la mano…
Bajo el brazo izquierdo, unas letras grandes, como si fuesen de agua cristialina que corriesen hacia lo alto del altar, formaban estas palabras: “Gracia y Misericordia”.
Comprendí que se me estaba mostrando el misterio de la Santísima Trinidad, y recibí luces sobre este misterio que no me es permitido revelar.
Después Nuestra Señora me dijo:
– Llegó el momento en el que Dios pide al Santo Padre hacer, en unión con todos los obispos del mundo, la consagración de Rusia a mi Inmaculado Corazón, prometiendo salvarla por este medio. Son tantas las almas que la Justicia de Dios condena por pecados contra Mi cometidos, que vengo a pedir reparación: sacrifícate por esta intención y ora.
Di cuenta de esto a mi confesor, que me mandó escribir lo que Nuestro Señor quería que hiciese.
Más tarde, por medio de una comunicación íntima, Nuestro Señor me dijo, quejándose:
 ¡No quisieron atender mi petición!… Como el rey de Francia, arrepentirse y hacerlo, pero será tarde. Rusia tendrá ya propagados sus errores por el Mundo, provocando guerras, persecuciones a la Iglesia: el Santo Padre tendrá mucho que sufrir.»

Fragmentos de las Memorias de Sor Lucía

Algunas personas, incluso piadosas, no quieren hablar a los niños pequeños sobre el infierno, para no asustarlos; sin embargo Dios no dudó en mostrarlo a tres y una de ellas contando apenas seis años; y Él bien sabía que había de horrorizarse hasta el punto de, casi me atrevería a decir, morirse de susto.

Otras veces preguntaba Jacinta: ¿Por qué Nuestra Señora no muestra el infierno a los pecadores? ¡Si ellos lo vieran, no pecarían para no ir allá! Has de decir a aquella Señora que muestre el infierno a toda aquella gente (referíase a los que se encontraban en Cova de Iría en el momento de la aparición). Verás cómo se convierten. Si Nuestra Señora te lo permitiera Lucía, di a todo el mundo cómo es el infierno, para que no cometan pecados y no vayan allá.

La Virgen Santísima dijo que en estos últimos tiempos en los que vivimos ha dado una nueva eficacia al rezo del Rosario. Hasta el punto que no hay ningún problema que no pueda ser resuelto por el Rosario. No importa lo difícil que sea, ya sea temporal o, sobre todo, espiritual. En la vida personal de cada uno de nosotros, de nuestras familias, de las familias del mundo, o de las comunidades religiosas, o incluso de la vida de los pueblos y naciones. Con el Santo Rosario, nos salvaremos; vamos a santificarnos; vamos a consolar a nuestro Señor y a nuestra Señora; y obtener la salvación de muchas almas.

Oh Jesús, este sacrificio es por tu amor, por la conversión de los pecadores y en reparación por los pecados cometidos contra el Inmaculado Corazón de María.

¿Y tú has propagado por el mundo aquello que la Madre del Cielo te pedía? Diciendo esto, se transforma en un Niño resplandeciente; conociendo entonces que era Jesús.